miércoles, 31 de octubre de 2007

UNA SENTENCIA ESPERADA

Hoy por fin después de tanto tiempo tenemos una sentencia sobre el peor atentado en la historia de España. Como todas las sentencias nadie esta conforme con ella, los que están acusados porque dicen no haber hecho nada y las victimas porque les parece muy poca la condena que les cae.
quizá ahora es el momento de reflexionar, y de reflexionar no solo la gente implicada sino toda la sociedad. De saber como hemos llegado hasta aquí. Vivimos en un mundo en el que la gente nos importa muy poco y solo priman los valores monetarios y el poder a toda costa. Donde poner los pies encima de la mesa al lado de un todopoderoso es más importante que la vida de millones de personas que te han elegido o no pero que dependen de ti. Donde el racismo impera sin importar lógica alguna, cada uno nos creemos superiores a los demás alcanzando cotas de ridiculez. Y sometemos al tercer mundo a una presión que les obliga a hacer el kamikaze de manera que en occidente no comprendemos, hombres bomba, jóvenes en pateras a la búsqueda de un nuevo mundo, madres que venden a sus hijos,... Todo ello provocado por no ayudar al llamado tercer mundo, por no ceder más del 0,7% después de llegar allí y arramblar con todo lo que hay y provocar guerras y desordenes territoriales, de alimentar la codicia de dictadores, de enfrentar a clanes y facciones para poder quedarse con el petroleo que curiosamente un día de estos se va a agotar. Aprovechemos la ocasión y saquemos algo positivo de ella: aprendamos a convivir.
Y también miremos esto como una victoria de la democracia pues así es. Los terroristas necesitan de la violencia para poder decir que llevan razón, los demócratas no, esa es una diferencia fundamental. No se es más valiente por ir con una bomba en la mano, sino más cobarde. Y que decir de los que nos meten en estos líos y luego tapan sus vergüenzas acusando a los demás. Así que acabado el juicio, estemos o no de acuerdo con la sentencia, reflexionemos, y saquemos conclusiones, aprovechemos para aprender y hacer de este mundo un mundo mejor en el que no existan las desigualdades, pues en ese mundo no puede existir el terrorismo. Esa es la mejor lección que podemos dar a los asesinos.